Cambio del bebé de tu habitación a la suya

¡Hola de nuevo!
Mi peque ha sufrido mudanza y hace unos días que duerme solo en su habitación. Me hacia ilusión que durmiera en la habitación donde su papá y yo, dedicamos en el embarazo largas jornadas de decoración, cargadas de muchísimo cariño y emoción. Pero por otra parte, me ha costado separarme de él. Tenerle a mi lado cada noche me daba mucha tranquilidad. También resultaba más cómodo atenderle sin prácticamente levantarte de la cama…pero ayyyyyyy….se ha hecho mayor. La verdad es que se ha adaptado bastante bien, y estamos muy contentos, a pesar de los continuos paseos nocturnos.
A continuación, os pongo un artículo interesante sobre el tema, para las que todavía estáis en proceso de cambio.
Si necesitáis ayuda o consultarme cualquier cosa, ya sabéis donde estoy…

Cambiar al niño de vuestra habitación a la suya no tiene por qué resultaros demasiado complicado, siempre y cuando sigáis unas pautas y lo hagáis antes de que el pequeño cumpla su primer año:
A partir del sexto mes de vida de vuestro hijo es un momento estupendo para que empiece a dormir en su habitación.
Si retrasáis el traslado para después de su primer año, adoptar este hábito le resultará más complicado, pues no comprenderá por qué, de un día para otro, ya no os ve desde la cuna.
Las claves del éxito
Ahora bien, para que la mudanza a su habitación sea un éxito debéis tomar algunas precauciones:
  • No debe coincidir con ninguna otra novedad importante para él, como el inicio en la guardería (durante el crecimiento, las novedades, si son de una en una, se asimilan mejor). Si va a ir a la guarde, trasladadle a su cuarto antes o hacedlo cuando ya esté adaptado. Y dejad el cambio de la cuna a la cama para cuando se sienta incómodo en la cuna, algo que de momento no ocurre.
  • El traslado debe ser gradual. Para ello, antes de empezar a acostarle en su cuarto por la noche, acostumbradle a jugar y a echarse las siestas allí.
  • Convertid su alcoba en un lugar entrañable para él. Para ello es esencial que la decoréis en tonos tenues (los colores chillones excitan), que evitéis atiborrarla de cosas (el desorden y la acumulación desconciertan) y que coloquéis allí algún objeto que estaba en vuestro dormitorio (un cuadro, un peluche, una mantita...), que le ayude a sentirse “como en casa”.
Fuente: crecerfeliz.es

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