LACTANCIA ARTIFICIAL


Lactancia artificial: las ventajasResultado de imagen de biberon



Las principales organizaciones médicas consideran la lactancia materna como la mejor opción nutricional para los bebés, pero no es la mejor opción para todas las madres. Las leches infantiles comercializadas son una alternativa nutritiva a la leche materna y hasta contienen algunas vitaminas y nutrientes que los bebés amamantados deben obtener mediante suplementos.

Fabricadas en condiciones de esterilidad, las leches artificiales intentan reproducir las propiedades y composición de la leche materna utilizando una compleja combinación de proteínas, azúcares, grasas y vitaminas que sería imposible fabricar artesanalmente en casa. Por lo tanto, si usted decide no amamantar a su bebé, es importante que le dé solamente leche infantil comercializada en vez de intentar elaborar una en casa.

Aparte de los motivos médicos que pueden desaconsejar la lactancia materna, a algunas mujeres amamantar a sus bebés les resulta demasiado difícil o estresante.

He aquí otros motivos que pueden llevar a una mujer a elegir la lactancia artificial:

Comodidad. Cualquiera de los dos progenitores (o cualquier otro cuidador) puede darle el biberón al bebé en cualquier comento (aunque esto también se puede hacer cuando la madre se extrae leche). Esto permite que la madre comparta con el padre la tarea de alimentar al bebé y ayuda a este último a involucrarse más en este crucial proceso y en la formación del vínculo que suele conllevar.

Flexibilidad. Una madre que alimenta a su bebé con leche artificial tiene la libertad de dejar al pequeño con el padre u otro cuidador sabiendo que lo podrán alimentar durante su ausencia. No necesitará extraerse leche ni organizarse el horario de trabajo u otras obligaciones y actividades en función de las tomas del bebé. Tampoco necesitará buscar un lugar recogido cuando tenga que alimentar al bebé en público. De todos modos, si la madre sale de casa con el bebé, necesitará llevar encima provisiones para poder prepararle biberones.

Tiempo invertido y frecuencia de las tomas. Puesto que la leche artificial se digiere más despacio que la materna, los bebés alimentados con leche artificial generalmente necesitan alimentarse menos frecuentemente que los amamantados.

Dieta. Las mujeres que optan por la lactancia artificial no necesitan preocuparse de que lo que coman o beban pueda afectar a sus bebés

Lactancia artificial: los retos

Al igual que con la lactancia materna, la lactancia artificial también plantea algunos retos.

Organización y preparación. Siempre se debe tener suficiente leche artificial a mano y se deben preparar los biberones. Las leches en polvo y las condensadas se deben preparar con agua esterilizada (que se deberá hervir hasta que el bebé tenga por lo menos seis meses). Las leches infantiles que se venden listas para el uso y que se pueden verter directamente en el biberón sin añadir agua tienden a ser caras.

Los biberones y las tetinas se deben esterilizar antes del primer uso y luego lavarse después de cada toma (esto también es aplicable a los biberones de leche materna previamente extraída). Los biberones y las tetinas pueden transmitir bacterias si no se lavan adecuadamente, y lo mismo ocurre con la leche artificial no conservada en envases estériles.

Los biberones que se dejan fuera de la nevera durante más de una hora y cualquier cantidad de leche artificial que quede en el biberón después de una toma deben desecharse. Los biberones preparados no se deben guardar en la nevera durante más de 24 a 48 horas (lea la etiqueta del producto para más información).

Algunos padres calientan el biberón antes de dárselo al bebé, aunque generalmente no es necesario hacerlo. No se debe utilizar nunca el microondas para calentar biberones porque se puede crear peligrosas "burbujas o puntos calientes".

En lugar de ello, si su bebé prefiere el biberón caliente, coloque el biberón frío debajo de un chorro de agua caliente durante unos minutos. También puede calentar el biberón en una cacerola con agua (al baño María) y, antes de dárselo al bebé, comprobar la temperatura dejando caer una o dos gotas en la cara interna de la muñeca.

Carencia de anticuerpos. Ninguno de los importantes anticuerpos que contiene la leche materna se encuentra en la leche artificial, lo que significa que esta no proporciona al bebé la protección añadida contra las infecciones y las enfermedades que proporciona la leche materna.

Coste económico. La leche artificial cuesta dinero. Las variantes en polvo son las más baratas, seguidas de las concentradas, siendo las más caras las que se venden listas para el uso. Y las leches especiales (por ejemplo, de soja o hipoalergénicas) son más caras -a veces mucho más caras- que las básicas.
Posibilidad de producir gases y estreñimiento. Los bebés alimentados con leche artificial son más proclives a tener gases y a hacer deposiciones duras que los alimentados con leche materna.

Imposibilidad de reproducir la complejidad de la leche materna. Las leches artificiales están lejos de reproducir la complejidad de la leche materna, que cambia a la par de las necesidades nutricionales del bebé



fuente: kidshealth.org
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Maternidadypsicología


Comentarios

  1. La lactancia artificial ayuda a muchas madres cada día ya que por motivos personales o de salud no pueden dar el pecho a sus hijos. Yo siempre he confiado en Ordesa para alimentar a mi hijo y lo volvería a hacer.

    Saludos,
    Silvia

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