Ser mamá después de los 40



Las exigencias de la sociedad actual hace que cada vez sea más frecuente la maternidad tardía, el tener cerca de 40 años no debe ser un impedimento para ser madre si una mujer lo desea realmente. No obstante, esto plantea una serie de pros y de contras que hay que tener en cuenta.

1. Razones de la maternidad tardía

Cada vez son más las mujeres que tienen su primer hijo después de los cuarenta. Las circunstancias personales y, sobre todo profesionales, hacen que algunas mujeres no puedan plantearse la maternidad a una edad más temprana.
Actualmente, las mujeres dan prioridad a sus estudios, a la seguridad en un buen puesto de trabajo y a una vivienda para poder independizarse. No se plantean ser madres antes de tener una estabilidad económica y profesional, por lo que se produce un inevitable retraso de la maternidad.
Sin embargo, deben tener en cuenta que a partir de los 35 años, pueden tener mayor dificultad para concebir, ya que a partir de esa edad se produce una disminución de la fertilidad, les puede costar más tiempo quedar embarazada que a una edad más temprana.

2. Ventajas de la maternidad tardía

La principal ventaja de estas madres es la madurez que poseen para hacer frente a la maternidad.
Poseen la serenidad y madurez que solamente se consigue con el paso de los años para criar y educar a su bebé. Con la edad, se alcanza cierta tranquilidad y sosiego y se supera con mayor facilidad las dificultades y los momentos de cansancio inevitables que existen durante el embarazo y en los primeros años del pequeño.
La estabilidad económica y familiar son factores muy positivos para la crianza de un hijo. Sobre todo, porque evita y soluciona dificultades y muchos problemas

3. Desventajas del retraso de la maternidad

La maternidad tardía no presenta normalmente problemas para la embarazada, pero sí implica más riesgo para el feto.
A esa edad existe una mayor probabilidad de que el feto presente enfermedades genéticas o malformaciones congénitas, como el síndrome de Down. No obstante, las técnicas han mejorado mucho con los años y los ecógrafos y los análisis genéticos, permiten detectar problemas durante el embarazo que, en muchos casos, tienen solución.
También se ha demostrado que existe una mayor probabilidad de riesgo de cesárea y embarazos de gemelos que en mujeres más jóvenes. Por ello, la mayoría de las mujeres de esa edad, cuando quedan embarazadas les surgen infinidad de temores. Pero, hemos de destacar que tradicionalmente se han exagerado los riesgos y se han creado muchos temores infundados. Además, los avances de la medicina han contribuido a que los riesgos sean menores.
La diabetes y la alta tensión arterial pueden producirse por primera vez durante el embarazo, sobre todo en mujeres mayores de 40 años. Por ello, es muy importante que a esta edad las madres tengan un seguimiento ginecológico desde el comienzo de la gestación de forma regular. Normalmente, son trastornos que no entrañan ningún riesgo ni para la madre ni para el bebé si se diagnostica desde su comienzo y siguen el tratamiento adecuado.
En lo concerniente a la relación con los hijos, la excesiva diferencia de edad puede provocar problemas de comunicación, especialmente en la adolescencia, ya que debido al gran salto generacional, las diferencias en la forma de pensar pueden ser muy pronunciadas.

fuente: pulevasalud.com

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