DIFERENCIAS ENTRE EL PRIMER Y SEGUNDO EMBARAZO. COMO LO HE VIVIDO.


Este segundo embarazo tan deseado quería que fuera especial e inolvidable...
Tenía claras dos cosas: la primera, que con lo que había costado no podía dejar de disfrutarlo ni un segundo; Y, por otro lado, ya que con toda probabilidad iba a ser el último embarazo de mi vida (al menos esa es la previsión), no podía perder la oportunidad de aprovecharlo. Así que, desde el mismo momento en que me enteré que lo había conseguido, me propuse vivir todo en positivo. La alegría me desbordaba…
Pero…llegó el miedo… Al igual que en mi primer embarazo… Ese miedo que creo nos invade a todas, cuando la incertidumbre de cómo va a salir todo llena tu mente… miedo a que no progrese, miedo a que no esté sano, miedo al parto…MIEDO.

En este segundo embarazo tuve complicaciones. A diferencia del primero, hubo una amenaza seria de perderlo y el miedo subió a la máxima potencia. Cuando pensaba que ya estaba todo perdido, pude ver su corazoncito latiendo, y ella dando vueltas sin parar. No puedo describir con palabras lo que sentí…Fue uno de los episodios más duros, pero a la vez más bonitos de mi vida. Este episodio tan duro, hizo que, a diferencia del primer embarazo, viviera todo con muchísima más intensidad. Así que, el primer trimestre de mi primer embarazo fue más relajado que el segundo. Sin vómitos, ni nauseas, ni mareos, sin complicaciones …
El día que nos hicimos la eco de la 12 semana nos llevamos una sorpresa… “¡¡es una chica!! ¡¡Es una luchadora!!” nos dijeron…y así fue… Tengo una niña que es una luchadora. Y fuerte. Este fue un punto de inflexión. El triple screening salió bien (baja probabilidad) y pudimos respirar tranquilos.
El segundo trimestre en mi primer embarazo y una vez realizada la eco de las 20 semanas, comprobando que todo seguía bien, vino marcado por la ilusión de mirar cosas para él, disfrutar las clases de preparación al parto, y mirar incrédula como iba creciendo mi barriguita. Todavía no era consciente de lo que implicaría la maternidad. En el segundo embarazo, disfruté de un segundo trimestre centrándome tan solo en vivir con plenitud el momento. Acariciar mi barriga, hablarle, sentirme llena, hacer cosas que me relajaran e hicieran sentir bien para transmitirle toda mi felicidad. En verano lucia mi gordura con orgullo, me bañaba mirando al sol y dando gracias continuamente por todo lo que estaba viviendo. El comprar las cosas pasó a un segundo plano. Ya teníamos casi todo de su hermano, y me daba mucho más igual el tener más o menos cosas. A diferencia del master que hicimos como papas primerizos en el curso de preparación al parto, en este embarazo solo acudí (yo sola) a las clases que me interesaban… iba tranquila y sin la sensación de agobio por el desconocimiento…porque ya lo había vivido. Me centraba solo en dudas, o cosas que podía haber hecho mejor… En el primero tenía muchas fotos de mi barriga, pero casi no tengo donde apareciera yo embarazada. En esta ocasión, quería recordar cada momento con ella dentro y me hice mil fotos. Viajé mucho…a diferencia del primero. Me sentía pletórica…Me dieron la baja laboral antes que, en el primero, y me permitió disfrutar mucho más del tiempo libre.
El tercer trimestre en el segundo embarazo pasó volando, y sin embargo en el primero se me hizo eterno…estaba deseando que naciera. Esta vez, me daba hasta pena que pasara el tiempo…deseaba que se retrasara para poder tenerla más tiempo dentro de mí.
En este segundo embarazo tenía a mi hijo conmigo. Viviendo su ilusión, y compartiendo momentos preciosos con él. Al no trabajar, podía llevarle y recogerle yo misma del cole. Hicimos un montón de planes para que se sintiera especial. Me daba mucha pena que dejara de ser el rey de la casa, que “alguien” usurpara su lugar y lo pasara mal…De repente le veía muy mayor…De repente pensé que sería peor madre por no poder dedicarle todo el tiempo que me gustaría cuando naciera su hermana…
Llegó el parto…El primero con complicaciones. El segundo no. Deseaba que fuera parto natural, y así fue. El momento del alumbramiento quedará en mi memoria hasta la eternidad, tanto del primero como del segundo. Verles, olerles, sentirles por primera vez es lo más maravilloso que una persona puede vivir.
Y ahora, todo el sufrimiento anterior se olvida. Porque he tenido mucha suerte. Tengo mis dos hijos soñados que gracias a Dios están sanos. Y me siento plena. Y les antepongo por encima de todo, y soy menos egoísta, me han hecho mejor persona…Porque tú pasas a un segundo plano. Porque ellos son mi verdadera felicidad...

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